Wednesday, December 12, 2007

Puente infinito

Escribir por escribir nunca ha sido mi preferencia a la hora de sentarme frente al gran monstruo blanco. No puedo considerarme ningún escritor, pero siempre me gusta tener al menos coherencia en mi representación de pensamientos. Prefiero el orden, ese orden mental que uno se hace antes de plasmar una idea.

Pero en estos momentos no. En estos momentos necesito escribir por escribir, sin pensar, sin estudiar, sin analizar, sin investigar, sin derecho a pataleo. Es como lanzar un pote de pintura a un lienzo, o agarrar la guitarra y dejarse llevar. Quizás hubiese sido mejor (hablo de la guitarra, no poseo ningún lienzo -desafortunadamente- ). Quizás no era la mejor opción, pero acá estoy. Escribiendo, como aquél que se lanza de una del trampolín más alto, el que todos le temen pero necesitan saber que se siente saltar desde lo más alto, o como aquél que roba un beso, que sin pensarlo sigue un impulso extraordinario. Así tal cual comenzé hoy, un artículo que termina siendo un artículo de nada. No de mierda como dirían algunos ilustres del poder, sino de nada como dirían los verdaderos ilustres de la comedia.

Tal vez lo que necesite es un descanso...de todo. De la manera como me lleva esta vida, que no es mía, pero que la vivo. Mi vida se esconde tras mis ojos y existe donde nadie más ha podido llegar. Ni siquiera yo. Pero ahí está, latente, esperando que el balde de agua fría me haga despertar y soñar al mismo tiempo. Un balde que nunca llegará.

Siempre he vislumbrado el futuro como algo lejano, que existe mucho más allá, que viene dentro de un buen tiempo. Pero ver que tengo más de dos decenas de años viviendo me pone un poco los pelos de punta. ¿Por qué? Porque al pensar hace 10 años que imaginaba con mi vida, no me veía aquí. Creo que todos han sufrido eso, el deseo y el sueño en la niñez de tu futuro te llevaba a lugares impensables, lugares no sólo mágicos sino totalmente posibles. Donde tu voluntad era la prioridad, donde no cabía más que una sonrisa al pensarlo. Incluso ahora, al recordar los pensamientos, has sonreido. Pero no, no es igual que los demás. El anima de la persona se compone de esa esencia y la adultez va carcomiendo poco a poco la vida, la vida misma que se encierra donde nadie la encuentra, que busca desesperadamente atención. Sin embargo, no la obtiene. Porque el mundo convierte de lo más puro a lo impuro, de lo más novedoso a lo trivial, de lo único e irrepetible a todo lo contrario. A carcomer los sueños.


Y eso pasa. La gente corriente no logra darse cuenta, pero algunos sí. Algunos que notan la diferencia, pero se adaptan, sobreviven, cambian. Yo no puedo hacerlo. Lo he hecho, lo acepto, pero sólo logra aniquilar mi espiritú. Es mejor quemarse rápidamente, que irse apagando lentamente. La gente prefiere apagarse lentamente...¿y yo?

Yo estoy en el puente. En donde se unen dos realidades completamente separadas. Por ahora me va bien, un rato cruzo el puente a vivir una historia principal y otro rato voy a ser parte de otra. Pero el puente cada vez es más largo, cada vez es más difícil, cada vez más se convierte en un puente infinito...hasta romperse. Cuando se caigan las piedras, revuelva el polvo, se nuble la vista y exploten las estructuras, ¿De qué lado del puente estaré?

1 comment:

Hosted by: nessita said...

Te comprendo absolutamente...

No puedo decirte más nada, porque estamos prácticamente en las mismas..

Sólo me queda desearte éxito :)

Saludos!